Editado de un video del Dr. Francisco Occhiuzzi *
La
Broncemia, es una enfermedad de curso crónico y carácter degenerativo,
causada por la acumulación progresiva de bronce en la sangre, lo que
afecta la expresión corporal, la esfera mental y la personalidad. Los
médicos que la sufren aquejan un delirio, cada vez más organizado que
les hace pensar que son tan importantes, que merecen una estatua de
bronce en el patio principal del hospital en que trabajan.
Fue
descrita hace medio siglo, por los doctores Narciso Hernández y Feijoo
Osorio en la Universidad de Córdoba, Argentina, país donde esta
enfermedad es endémica.
La
Broncemia es una intoxicación que se adquiere en los medios en los que
se presume de un alto nivel de intelectualidad, como las
universidades, los estrados judiciales, las sociedades científicas,
los círculos intelectuales, las juntas de gobierno de las empresas, el
mundo deportivo y, los casos más graves aparecen entre los políticos
donde la enfermedad aparece sin pródromos ni antecedentes,
manifestándose con soberbia y arrogancia.
Pero
nos interesa analizarla en el cuerpo médico, donde es particularmente
grave porque termina afectando la relación médico paciente y el ambiente
laboral.
Es
más común en los hombres pero es más grave en las mujeres, en las que
aparece una variedad incurable con síntomas más severos.
Puede
aparecer a los 45 años, pero es más frecuente entre los 55 y los 65
cuando el deseo de disertar es inversamente proporcional a la capacidad
de discernir.
Existe
una variedad juvenil, que afecta a los internos y generalmente trunca
sus carreras, porque pueden llegar a ser grandes científicos pero nunca
podrán ser buenos médicos.
Síntomas: Diarrea mental, hipoacusia interlocutoria y reflejo cefalocaudal constituyen la triada patognomónica.
La diarrea mental
es el síntoma primordial. Pero su logorrea tiene un tinte
característico: hablan erguidos, como si estuvieran en un púlpito y
todos sus escuchas fuesen súbditos que los admiran.
La hipoacusia interlocutoria es la condición sinecuanon para el diagnóstico: estos pacientes no oyen a sus interlocutores.
El reflejo cefalocaudal,
manifiesta un estado avanzado de la intoxicación en el que ya hay
depósitos de bronce en la médula espinal e imprimen un modo de caminar
característico: “marchan pavoneándose: cabeza erguida, mentón
elevado, columna rígida y cola parada”
La
paradoja patogénica es que “a mayor cantidad de bronce en la sangre,
menor peso corporal” y estos pacientes no caminan… “levitan
majestuosamente”
Se reconocen tres etapas de la enfermedad:
La primera, PEDANTITIS
caracterizada únicamente por hipertrofia del ego y un discurso
pedante; estos pacientes pierden la capacidad de sonreír y se les
olvida hasta saludar; en esta etapa ya existen niveles importantes de
bronce en la sangre, pero todavía no hay depósitos en los órganos
blanco; sin embargo se hace fácilmente reconocible para los compañeros
de trabajo que no pueden soportarlo.
La segunda, IMPORTANTITIS,
fase media caracterizada por el delirio; los depósitos de bronce se
van acumulando primero en los miembros inferiores, produciendo la
marcha característica y van ascendiendo manifestando todos los síntomas
de manera florida hasta comprometer el cerebro. El afecto plano y la
insensibilidad extrema reflejan los depósitos de bronce en el corazón.
La tercera, INMORTALITIS,
es la fase terminal de la enfermedad en la que ya el cerebro ha sido
reemplazado totalmente por acúmulos de bronce y el paciente no solo se
cree una estatua de bronce sino que se comporta como tal. Estos
hallazgos se confirman en la necropsia, porque, estos pacientes también
se mueren.
Prevención:
La única forma de defenderse de esta enfermedad es introyectar el deseo
de ayudar a los pacientes y colaborar con los compañeros. Es
importante vacunarlos a todos con el buen ejemplo
Los médicos médicos
que merecen una estatua de bronce, nunca han padecido de la terrible
enfermedad de la broncemia. Como el que ilustra esta nota, el Dr. Manuel Uribe Ángel, ejemplo de médico humanista, aqui inmortalizado en el bronce porque precisamente nunca tuvo Broncemia.