">Hasta el último momento estuve dando y dándome ánimo, pero en el fondo sabía que era casi imposible superar la cuesta del ventajismo brutal que alimentan los aplastantes recursos del Poder. 8,5 millones de venezolanos son empleados o de alguna forma dependen del Gobierno... y el miedo es libre. Y bien sabemos, además, que este gobierno no es de soluciones sino de prebendas.
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