viernes, 26 de febrero de 2021

HOTEL BOLÍVAR 1900

Según la información hemerográfica de que dispongo, la imagen corresponde al antiguo Hotel Bolívar inaugurado en 1900 por el comerciante Emiliano Eugenio Monch Siegart Allí se dio a conocer por primera vez en noviembre de 1901 el Bioscopio un prototipo de cinematógrafo en el que se exhibió la película “El Famoso baile de la serpentina” y la “Destrucción del vapor de guerra Maine”. Este hotel de la Calle Orinoco como entonces se llamaba, pasó después a propiedad de José María Méndez, quien lo vendió en 1935 a la señora Ana María Stevenson. Finalmente, el hotel dejó de funcionar y se le dio otro destino vinculado con el Resguardo fluvial y el depósito de cabotaje cedido por el Gobierno central para la construcción del Gran Hotel Bolívar, hoy Hotel Colonial, inaugurado en 1952. (AF)

sábado, 20 de febrero de 2021

UNA MISS BOLÍVAR AUTÉNTICA

Candíz Shutie Blanco, al igual que Marlene Manrique (en la foto), decía aludiendo a las anteriores, que ella era una Miss Bolívar auténtica. Ciertamente, muchas son las candidatas que en certámenes anteriores representaron al estado Bolívar, sin conocerlo siquiera. En una de esas presentaciones a la prensa le preguntaron a la de turno por la Sapoara y respondió ingenuamente interrogando ¿Qué animal era ese?. A Candiz no le hubiese ocurrido eso, primero porque no es ingenua y segundo porque nació a la orilla del Orinoco y aunque residenciada en Caracas, nunca dejó de visitar Ciudad Bolívar y de tener contacto con la tierra. Cuando ella era aspirante a coronarse como Miss Venezuela 1991, dispensó una visita al alcalde de la ciudad Jorge Carvajal para conocer los problemas de la comunidad, especialmente los que atañen a la niñez y al programa de revitalización del Centro Histórico. Y lo hizo con propiedad pues la candidata dijo ser economista, con un postgrado en gerencia administrativa en Boston y poliglota, pues domina además de su propia lengua el inglés y el francés. Candiz Suthie Blanco había sido candidata el año anterior y hubo de retirarse al sufrir accidente en el Pico El Avila, cuando realizaba prácticas de montañismo de la que es aficionada junto con la natación y el flamenco. (AF)

viernes, 19 de febrero de 2021

EL GERMANO QUE VINO POR SAPOARA Y SE QUEDÓ POR MANGO

Bocholt es una ciudad alemana próxima a la frontera con Holanda, donde se habla el alemán antiguo, que viene siendo el idioma holandés actual. Allí nació, poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Wolfgang Schoroder Lennartz, un profesional de la hotelería, del turismo y del arte culinario vinculado a nuestro continente por ese puente que significa turismo internacional. Llegó a Venezuela el 8 de agosto de 1981, contratado por Evca, una empresa norteamericana de consumo, dedicada a la elaboración de comidas para comedores industriales. Wolfgang vino dentro de un grupo de diez técnicos de diferentes países, especializado en comidas internacionales, para poner en marcha los comedores de los campamentos de trabajo de la presa Raúl Leoni. Veinte días después de haber llegado directamente de Europa a Guri, el grupo organizó y puso a funcionar los comedores. El 28 de agosto salieron las primeras comidas para 8 mil obreros que laboraban en la construcción de la última etapa de la presa. El contrato era por seis meses mientras se entrenaba al personal. Pero Wolfgang, a pesar que se le agotó el tiempo del contrato, Se quedó en Guayana, con otros centenares de extranjeros que adoptaron esta tierra como segunda patria porque siempre les fue imposible resistirse a la magia del agua y de la selva. Pero, por qué no decir también, al encanto de la mujer venezolana. Porque en el caso de Wolfgang, Conchita, su esposa, excelente profesional de medicina, fundadora de los servicios de terapia intensiva en Guri, es una caraqueña gentil que comprometió su destino con el hombre venido de mundos tan distantes. Cuando Wolfgang aceptó la oferta por seis meses como entrenador de cocina en Guri, quiso saber en qué parte de Venezuela quedaba ese lugar y, lógicamente, fue a nuestra embajada en Frankfort a solicitar información, pero el personal no supo donde ubicarlo, de manera que Wolfgang Schoroder Lennartz embarcó en Viasa y en menos de dos días estaba en el pórtico de la selva guayanesa, aturdido por el espectáculo imponente de aquel hermoso río batallando contra el muro. - No sabía dónde estaba. - ¿Qué siente un hombre en esas condiciones? - Es algo inquietante y a la vez emocionante. La aventura está llena de esas cosas. Además, no era la primera vez que me ocurría, que viajaba y me impactaba lo desconocido. Antes había estado en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Holanda, Singapur, Australia y Nueva Zelanda. “Un mes después de mi llegada, - dijo - cuando en una tertulia familiar alguien me habló de Angostura. Desde mi primera escuela sabía de esta ciudad lejana con la cual se vincularon importantes científicos alemanes como Alejandro Humboldt que escribió seis trabajos sobre Guayana; Koch Gunberg, etnólogo, explorador del Roraima; Roberto Schombert, etnólogo y explorador del Amazonas y de la Gran Sabana y, entre otros, Ernesto Ule, quien estudió la formación vegetal de la Gran Sabana. Acotamos que el médico Juan Teófilo Benjamín Siegert, inventor del famoso Amargo de Angostura, también era alemán y que esta capital en el siglo pasado importaba por el Orinoco muchas cosas del puerto de Hamburgo, de manera que no es extraño que en Alemania se conozca más a Angostura que en la propia Venezuela. Lo cierto es que Wolfgang estuvo metido de lleno en Ciudad Bolívar y debidamente instalado con una rotisería y una agencia de fiestas tan productiva que el negocio le dio lo suficiente para reinvertir sus ganancias en un complejo agro industrial donde la materia principal era el abundante, amarillo aromático mango guayanés.(AF)

miércoles, 17 de febrero de 2021

“AMOR A LA PATRIA” PERIÓDICO QUE SUSTITUIRÍA AL “CORREO DEL ORINOCO”

El “Correo del Orinoco” habría podido permanecer si su vida no hubiese estado limitada desde un comienzo por la provisionalidad de Angostura como sede del Poder Nacional. Siendo un órgano del Supremo Gobierno debía asentarse en donde quiera que este estuviese y es por lo que al escogerse a Nuestra Señora del Rosario de Cúcuta como centro de los poderes de Venezuela y Cundinamarca reunidas en una sola nación, queda sellado el destino del “Correo del Orinoco”. No obstante, tuvo vida hasta marzo de 1822 en que el coronel José Ucroz, gobernador de la provincia, cesó como tal. La vida temporal del “Correo del Orinoco” la previó Bolívar cuando a fin de que se multiplicaran los establecimientos tipográficos becó a jóvenes para que aprendieran el arte de la imprenta en los propios talleres del Correo. Meses después, mayo de 1820, se diseñó un nuevo periódico: “Amor a la Patria”, no oficial, del que al parecer solo se publicó un prospecto. Un aviso en la edición 61 del Correo da cuenta del mismo y se le atribuye a un grupo de amigos “que quieren demostrar que hacen lo que le es posible y han formado el prospecto, de un periódico con el título de “Amor a la Patria”, que está ya impreso. Los que deseen tomarlo y suscribirse ocurrirán a la casa de la Imprenta y se instruirán del plan y demás conducente.” “Amor a la Patria” iba a ser el sustituto del “Correo del Orinoco”, pero la depresión económica como intelectual de la Angostura a causa del cambio de sede del supremo gobierno fue tal que el periodismo desvaneció y hubo que aguardar 17 años para que se reanimara con la aparición de “El Telégrafo” (AF).

domingo, 14 de febrero de 2021

CALIPSO DE EL CALLAO DIFERENTE AL ANTILLANO

El oro y el color de la piel de su gente no es sólo lo que llama la atención de El Callao, sino también su Calipso de reminiscencias ancestrales, muy diferente al antillano porque es sin steel band y con cantos. Calipso muy del pueblo, animando comparsas llenas de símbolos y colorido, moviéndose al ritmo de los tambores, bunbac, el rallo y la campanilla. Ambaicalá, Body Man Down, al ritmo del calipso van coreando las comparsas de la Negra Isidora, de Kenton y de los Hermanos Clark que aún muertos sobreviven en la memoria y tradición. A la percusión se suman las cuerdas del bajo, de la guitarra y del cuatro más el sonido metálico del cencerro y el chascoso de las maracas. En El Callao, la danza y la música tienen sabor propio y es igual en el carnaval, en la Navidad y año nuevo como en los días de su patrona Nuestra Señora del Carmen o como cuando llega un personaje muy importante. Pero es durante los carnavales cuando El Callao se transforma en señuelo nacional. Oscar Palacios Herrera, Paco Vera, Régulo Pérez y Juvenal Herrera eran los primeros en llegar. Desde todos los ángulos de la Guayana y desde más allá del Orinoco viene gente a bailar el calipso un tanto amerengado. A el domplín, el calalú, el bananpilé y el yinyabié. Entre trago y trago del mabí se canta el ambaicalá de la Negra Isidora por las calles estrechas del poblado que nunca dejan de ser interminables a la hora de “El Callao to morrow night”.(AF)

sábado, 13 de febrero de 2021

EL SOCIO INVISIBLE DEL GUAYANÉS

El guayanés en su quehacer de todos los días y para cualquier empresa tiene un socio que casi nunca identifica. Cuando se le oye hablar de él inmediatamente nos lo imaginamos de carne y hueso y, por supuesto, con otras determinantes posibles, pero, a la larga, nos damos cuenta que el bendito socio es un ente mágico – religioso o simplemente teologal. El socio viene siendo Dios al que también llaman “El Viejito” uno de esos espíritus andante que se encarnan transitorios en los médium o el mismito Satanás. El guayanés, especialmente el guayanés del río, del llano y de la selva, no quiere sentirse solo de lo desconocido e inventa ese “socio”, favorecido por su ambiente socio – cultural, que lo hace sentir seguro. La figura del socio la capta Gallegos a su paso por aquí y la sumerge en “Doña Bárbara”. La devoradora de hombres tiene un socio que es el Nazareno de Achaguas, pero como nunca lo identifica por su nombre, la gente del llano, sobremanera, Pajarote, conjetura que es el diablo. Así como en Canaima Gallegos recoge la leyenda de la piedra de Santa María y de la sapoara, también en “Doña Bárbara” cuenta la creencia mágica del “socio” y del “Viejito”: “Dejamos al Viejito”, dicen los palanqueros río adentro, y preocupados regresan por él al punto de partida. Zarpan de nuevo y preguntan el patrón “¿Con quién vamos?” y responden desde la proa: “Con Dios... y María Santísima”. (AF)

viernes, 12 de febrero de 2021

PESCADORES MARGARITEÑOS EN EL MAR ROJO

Los pescadores Margariteños se veían como pobres de nuevos horizontes cuando el turco Salim les abrió los postigos de lugares remotos que excitaron su espíritu de hombres de mar y, sin pensarlo mucho, un día antes de la octavita de la virgen se hallaban “arrasando” los ostrales del Mar Rojo. De Margarita a las costas de Arabia hay un buen trecho y la distancia se refleja en la naturaleza, forma y color de las costas. Perlas como las de Paraguachoa ¡ninguna! Aquellas madreperlas de allende los mares eran más pobres que el alma del turco Salim Abouchamad, empresario de la idea. En la propia geografía de los acontecimientos, allí frente a las costas de Eritrea y Socotora, las celosías de la emoción por nuevos mares promisorios se cerraban. Había que regresar. Caletearon pesados fardos del ejército italiano alistándose para empoderarse de Etiopía y se hicieron de unas cuantas liras para sobrevivir y escapar de los nubarrones belicistas que se cernía sobre la negra Abisinia. En Venezuela, el dictador Juan Vicente Gómez tenía la muerte anunciada, pero el Correo parecía más expedito que el de ahora y mi General pudo enterarse a tiempo de las vicisitudes de aquellos diecisiete pescadores margariteños que quisieron establecer su ranchería en las costas africanas. De manera que ordenó todas las providencias consulares para reponerlos de nuevo en el punto de donde salieron un 24 de julio de 1934. Al cabo de trece meses retornaron los “ñeros” de aquella aventura parecida a un cuento de la sultana Scherezade. (AF)

jueves, 11 de febrero de 2021

PEDRO MONASTERIO INICIÓ ACTUAL EXPLOTACIÓN DEL ORO EN GUAYANA

Entre los descubridores de los yacimientos auríferos del Yuruary figura Pedro Monasterios Soto, bisabuelo de Rafael Monasterios, pintor venezolano al que con motivo de los 100 años de su nacimiento, la GAN y el Museo de Barquisimeto organizaron una exposición selectiva de sus obras. Pedro Monasterios antes de internarse en la selva del Yuruary, había estado en Angostura como edecán del general José Laurencio Silva y, posiblemente entonces, lo picó el prurito de El Dorado, pues tan pronto cesó la campaña libertadora que lo llevó hasta Guayaquil, regresó a Nueva Granada en 1830 donde adquirió conocimientos prácticos de mineralogía. Luego se vino a su natal Caracas, pasó a Barquisimeto y finalmente se trasladó a Guayana por la vía de San Fernando de Apure. Como lo haría después desde Valencia Lucas Fernández Peña hasta fundar y quedarse en Santa Elena, Monasterios buscaba y quería tener oro en la faltriquera, pero sin bastimento, en una zona desolada y agresiva, no le quedó sino la alternativa de regresar a Barquisimeto. Su proeza, porque era una hazaña entonces, internarse en la selva, convenció a los guayaneses de la existencia de ricas minas auríferas en el Sur que llevan ya más de 150 años explotándose y cada vez en cantidades superiores. Una hoja impresa de 1850 testimonia la presencia en Tupuquén de Monasterios, quien murió el 18 de agosto de 1868 en la más completa pobreza. 50 onzas de oro entonces valían poca cosa. Con el precio de hoy, ayer le habría sido una fortuna.(AF)

LOS APODOS EN LA ISLA DE COCHE

En la isla de Coche cada habitante tiene su apodo. Es raro quien no lo tenga. A los cochenses les resulta más familiar y cómodo identificar a sus semejantes con un nombre distinto al pronunciado por el sacerdote a la hora del bautizo. El postulado a ocultar tras un remoquete es observado detenidamente por el vulgo y de acuerdo a su propio nombre, origen, procedencia, oficio o defecto se procede a encasquetarle el mote que lo marca para toda la vida. Sin duda una costumbre pintoresca de la sociología de esta islita que aún ignora a ciencia cierta por que la llaman “Coche”. De acuerdo al nombre puede apodársele “Beca” si se llama Isabel, “Juana Maquera” si viene del Maco, “La Juañanga” si es delgalichada por defecto y “Funeraria” si su oficio es el de vender urnas como el caso de “Chucho Funeraria”. Aquí el sobrenombre tiene congnomento pues son varias las personas que llevan el nombre de “Jesús” sinónimamente aceptado como “Chucho” por lo que se reforzó la alteración vocálica de su nombre con la denominación de su oficio a fin de que no se confundiese, por ejemplo, con “Chucho Liboria” (Jesús, el hijo de Eliboria Velásquez), o con “Chucho Cazón, el hijo de “Felipe Cazón” que recibía tal cognomento porque solo pescaba este tipo de celacio voraz que en Venezuela le hace como vianda al bacalao que importamos de Terranova y así como “Chucho Funeraria” y tantos tenemos al presidente Municipal, Evencio Blanco, a quien muy pocos quieren identificar sino con el nombre de “Troya” porque cuando él visitó la isla por primera vez fue para introducir esta marca de un producto alimenticio, desaparecido o difícil de hallar como la leche en esta isla de sol y sal del sur margariteño. (AF)

martes, 9 de febrero de 2021

HABLAN MUCHO DE LOS TIBURONES Y BRAVA ES LA TINTORERA

Los tiburones que merodean por los mares que circundan la Isla de Coche son inofensivos. Con cualquier golpe de canalete se espanta. Por lo menos es lo que contaba Froilán Lunar (Chilango), pescador connotado de esos lares. A los tiburones uno los arremete y desaparecen. En cambio, con la Tintorera, muy parecida al tiburón, no ocurra lo mismo. Esta suele espantarse con la primera arremetida, pero luego de la huida se devuelve “y allí viene el desaguase”. Chilango no sabía leer, pero le escribían y un turista le escribió y le envió recortes con las cartas cruzadas entre Arístides Bastidas y lectores del medio impreso referente al tiburón “con licencia para matar” a los James Bond. Para este pescador, en la familia de los cetáceos como en la del género humano se consigue de todo y tal vez, Bastidas se refería, no al tiburón inofensivo de las costas de Margarita y Coche que nunca le ha hecho nada a nadie, sino a su parienta la Tintorera de la que muy pocas se ven por aquellos mares y a las que los pescadores saben cómo tratar para que no se pongan en la mala con ellos. Froilán Lunar vivía en el mar pescando hacía sesenta años, desde que era muchacho en la ranchería de los Coello y podía hablar con propiedad de la ictiofauna marina y contar vivencias extraordinarias no sólo de tiburones y tintoreras sino también de la caballa que, según él, desbarajusta cuando el pescador la llama por su nombre, pero cuando exclaman “miren un cardumen de peces negros” estas se quedan como arremansadas y “a tirito” de arpón.(AF)

lunes, 8 de febrero de 2021

LA “Y” DE LA ZAPOARA

No es que el sustantivo “Zapoara” ortográficamente lleve una “Y”. Nada de eso, sino que en la estructura esquelética del pez de este nombre, legítimo y único del Orinoco, existen huesecillos parecidos a la Y griega. Detalle biológico que hace aún más interesante este pez fusiforme de coloración vistosa que abunda y se captura durante la temporada de agosto. El fin de tales apéndices intercostales es el de unir costillas con costillas y contribuir a robustecer la armazón esquelética de los peces con movimientos vigorosos como el morocoto y el coporo que también los tienen y son grandes migradores. La Zapoara es un pez migrador que se desplaza contra la corriente y en consecuencia debe cumplir movimientos fuertes. Se ha investigado que una vez adulta, sale de los rebalses y lagunas marginales en el período de aguas altas y recorre unos 400 kilómetros con propósitos reproductivos. Aquí, de acuerdo con una consulta al biólogo marino Daniel Novoa, estaría la explicación de este hueso parecido a la vigésima séptima letra del abecedario castellano y a la que tanto tememos los devotos de la exquisita vianda orinoqueña. Y la verdad es que la ye o y griega siempre ha sido de temer, no sólo en el sentido gastronómico sino también suele hacer las veces de vocal y en su pronunciación puede confundir con la “ll”, pero su fin esencial siempre es el mismo, en ciertos peces de agua dulce, para unir costillas con costillas y en el lenguaje castellano para unir las palabras o cláusulas de una oración.(AF)

domingo, 7 de febrero de 2021

LOBOS DE RÍO Y DE MAR

La diminuta isla de Coche, poblada desde el 28 de agosto de 1527 por Juan López de Archuleta, y la cual llegó a ser hasta 1907 capital del Territorio Federal Colón que comprendía todas las demás islas del Caribe pertenecientes a Venezuela, con excepción de Margarita, ha dado entre muchos, dos hijos, marinos intrépidos como su fundador, que mencionan con admiración las crónicas de ayer y de hoy por haber participado en aventuras históricas singulares como la científica de Humboldt y Bonpland por el Orinoco hasta Río Negro y, la más reciente, cumplida a bordo del “Niculina”, peñero margariteño, hasta Río de la Plata, ida y vuelta, para demostrar la navegabilidad por los países del Hinterland. Son ellos, Carlos del Pino, a quien Humboldt embarcó en “El Pizarro” cuando este fondeó incidentalmente frente a la isla de Coche, y Antonio Coello Fernández, patrón del “Niculina” a bordo del cual Constantino Geroguescu Pipera y el camarógrafo Mark Mikolas, navegaron a través de los ríos de la Argentina, Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela. Carlos del Pino murió al regreso de la expedición humboldiana de 16 meses, en Angostura, a causa de la malaria, mientras que le primo Rafael Antonio Coello Fernández, continúa navegando entre Coche y Porlamar contando a cada amigo y paisano su proeza de mar y río que le ha valido un lugarcito en la historia de la ansiada navegación por los países del Orinoco, el Amazonas y el Plata. (AF)

sábado, 6 de febrero de 2021

LOS TRES BARRABÁS

Los tres Barrabás más frescos en la mente del venezolano seguramente que son el judío que así de verás se llamaba y que según las escrituras sagradas fue preferido por una multitud en lugar de Jesús para que Poncio Pilato le concediera la libertad en la fiesta de Pascua; Rafael Serrano Toro, a quien la cárcel milagrosamente regeneró e hizo miembro de la narrativa después de haber sido delincuente, y Jaime Teófilo Hudson, cuyo único “delito” fue extraer de los aluviones del Icabarú una piedra preciosa de 155 quilates, la más grande hasta ahora dada por Guayana, pero también la de peor suerte pues la Casa Harry Winston de Nueva York la fraccionó para mejor negocio. Pero por este hallazgo precioso y muy digno de un minero guayanés, Jaime Teófilo Hudson jamás estuvo preso, lo que no quiere decir que no la haya estado. Lo estuvo no hace mucho en Tumeremo por piropear la mujer de un guardia nacional y una poblada, POR coincidencia, pidió también su libertad y es que el negro calloense, no por llevar el nombre de Jaime ni el apodo de Barrabás es querido en la Guayana de las leyendas insondables sino porque realmente él simboliza la imagen y destino minero tradicional, del que nada tiene y llega de súbito a tener mucho y al final se rinde a la pobreza. El Barrabás guayanés del diamante que después de fraccionado y tallado fue vendido por más de 5 millones de dólares, murió pobre y no tuvo ni siquiera sueños ni esperanzas, sino vivencias fantasmales como las que poblaron el alma literaria de ese otro Barrabás llamado Rafael Serrano Toro. (AF)

viernes, 5 de febrero de 2021

UN PEZ LLAMADO “EL BACHILLER”

Autoridades académicas del instituto Oceanográfico del núcleo Sucre de la Universidad de Oriente, pensaron que sería beneficioso para campesinos de las costas del Manzanare adentro ponerles a tiro de pesca una vianda rica en fósforo y proteínas, cultivada en los meandros del río más grande que tienen los sucrenses y tenía que ser un pez prolífico y de rápido crecimiento en aquel hábitat tan escasamente animado por especies autóctonas. De manera que puesta en marcha la idea, a uno de los expertos biólogos del instituto se le ocurrió que la Tilapia africana vendría bien para aquellas aguas que bajaban del Turimiquire y se importó un buen cardumen de pececillos para las primeras siembras, pero ocurrió que con el tiempo de la lluvia los cultivos desaparecieron y por extinguidos se daban hasta que la investigación científica los puso al descubierto en otras aguas muy al sur y fuera de los límites del estado. La Tilapia, de rasgos comunes al exquisito Pavón de las lagunas del Caura, había remontado los cursos fluviales que llegan hasta Monagas donde se daban su agosto pescándolos con señuelos rápidos los agricultores y como hasta allí debieron llegar en sus pesquisas profesores y estudiantes del instituto deseosos de estudiar el fenómeno, los campesinos entre bromas y chanzas acordaron adoptar la especie africana con el nombre de “El Bachiller”. “Voy a pescarme un bachiller” se oye decir por allá cerca del Guarapicje y el Guanipa.(AF)

LA FIESTA DE LA JUVIA

Los indios del Alto Orinoco realizan una fiesta parecida a la de la vendimia europea. Tal es la fiesta de la recolección del fruto de la juvia, un árbol silvestre de la región del Padano semejante al castaño y que ellos utilizan como parte de su alimentación. Por cierta época del año los indios cubren una larga jornada de varios días en busca de la juvia y a su regreso todo está preparado para el jolgorio. Danzas, monos asados y bebidas fermentadas alegran el retorno y la cosecha. La juvia, también llamada almendrón o castaña brasileña, llega a medir hasta 40 metros de altura y noventa centímetros de diámetros. Los frutos, pesados y tan grandes como la testa de un recién nacido, contienen de doce a veinte nueces y están siempre listos para gotear a fines de mayo. Fuente importante de grasa y proteínas, además de algunas vitaminas como la A, es la nuez del fruto de la juvia y por eso los indios, antes de que llegue la lluvia, lo buscan donde esté y lo cargan en cestones como nidos de oropéndolas sobre la espalda limpia. Cuando la caravana llega, casi no hay tiempo para el reposo. Suenan los instrumentos, las bebidas fermentadas comienzan a surtir su efecto y los indios tomados de las manos hacen un círculo y entonces danzan girando alternadamente a la izquierda y a la derecha. En la danza no participan las mujeres y su tarea durante la fiesta se limita a servirles el asado de mono y las bebidas mientras los sonidos agudos y melancólicos de las cañas invaden el ambiente. (AF)

miércoles, 3 de febrero de 2021

LOS LACITOS DE SEDA SALVARON A LOS BOLIVARENSES DE LOS RAYOS CÓSMICOS

El día en que se agotó la seda todo el mundo andaba asustado ante el temor de que fuese cierto lo pronosticado por el doctor José Nancy Perfetti, según lo cual, sobre la ciudad se desataría una enorme tempestad seguida de aquel calor febril y acre que sofocaba al habitante. Lo inaceptable para muchos era que todo un científico como el doctor Perfetti recomendara para protegerse de los rayos, anudarse un trapito de seda en los dedos gordos de los pies y las manos además de uno en el cuello a manera de collar. Para los incrédulos era algo casi rayano en lo ridículo; sin embargo, muchos aceptaron porque aparte de resguardarse bien en una casa con pararrayos, no había al parecer otra alternativa. La advertencia indicaba que la seda debía ser la purita que teje el gusano devorador de la morera pues había de otra clase fabricada con filamentos de celulosa que en ambiente electrizado podría trabajar al revés; pero, por lo que se comentó luego, la gente atemorizada no reparó en el detalle y agotó el stock que de ambas clases tenían las tiendas. Miles de rayos cayeron sobre la Angostura del Orinoco y nunca antes, Dios y los Santos vinculados al rayo y la lluvia, como San Isidro Labrador, recibieron mayor número de plegarias. La empresa del alumbrado eléctrico, en prevención, cortó el fluido hasta tanto pasara la tempestad. La ciudad quedó bajo una oscuridad tan sólo interrumpida por el vivísimo resplandor de los fucilazos. Al día siguiente no se hablaba de otra cosa que del vaticinio Perfetti y los resultados milagrosos de la seda toda vez que nada se supo de persona alguna que hubiese sido fulminada por un rayo. Solo el Arzobispo Mata Cova se lamentaba de no haberle colocado un lacito de seda a la torre de la Catedral pues una centella había caído y dañado los relojes importados de Hamburgo el siglo pasado. (AF)

martes, 2 de febrero de 2021

EL MUDO DEL AEROPUERTO DE CIUDAD BOLÍVAR

El mudo del aeropuerto acusaba una viveza diligente desde que amanecía hasta que aterrizaba el último de los aviones que cubrían las rutas de las minas diamantíferas. La tarea diaria impuesta por la necesidad de un ingreso diario para la subsistencia le había desarrollado una sensibilidad de radar para localizar a quienes viajaban a las minas. Cargarles el equipaje y orientarlos en dirección al piloto comercialmente ansioso por llenar el cupo de su avioneta. Casi siempre, una doble propina – la del piloto y la del viajero – era la recompensa para quien a la hora de expresarse no logra sino articular el silencio de sus señas. Solo era posible escuchar su voz onomatopéyica cuando por el teléfono requerían servicio combustible para alguna aeronave. La práctica necesidad y el deseo de simpatizar y hacer gracia con lo excepcional había inteligenciado de modo tal a los bomberos del combustible con el mudo que difícilmente le fallaban. El mudito, moreno y magro que apenas llegaba a los 20 años, se desempeñaba con igual éxito en otros menesteres de la aeronáutica exclusivamente referidos a la avioneta. Podía llegar hasta calentarle los motores y carretearla de un lado a otro si era preciso, solo que nunca más quiso volar en ella desde que a un DC-3, en el que viajaba como invitado, se le “embanderó” el motor derecho. El mudo, que venía atrás sentado muy tranquilo mirando por la ventanilla, se levantó alborotado de un salto hasta la cabina y, remedando con el brazo lo que estaba pasando, hacía una y más señas nerviosas al piloto, que en medio de la emergencia parecía disfrutar por anticipado lo que iba a ser un episodio de hilaridad más en el diario discurrir del aeropuerto bolivarense donde el mudo, a pesar de su incapacidad parecía ser el que mejor se comunicaba y entendía con la gente.(AF)

EL CURARE

Los indios Yanomami, en sus dominios de los altos del Caura y Cuchivero parecen ser los únicos que se resisten en dejar el Curare para asegurar el éxito de su caza, pues de cierto se sabe que en otras comarcas tribales ha desaparecido casi por completo la práctica ancestral de emponzoñar las armas de caza y guerra con esta sustancia resinosa, oscura, amarga y de efectos fulminantes. El indio ha descubierto en la escopeta un sustituto más expedito aunque explosivo, pero cuya novedad parece incapacitarlo para ver más allá ciertas consecuencias que bien pudieran determinar antropólogos y ecólogos. Por supuesto que la escopeta es más costosa y ahora, con la devaluación, debe serlo mucho más, pero esto parece no detener al indio entusiasmado pero un arma que para manejarla no se requiere mucha pericia, que no es tan aparatosa como el arco y la flecha, además de la ventaja de que un solo disparo puede, por el desparrame de perdigones, deparar muchas presas. De manera pues que se ha ido quedando con ella y dejando a un lado la que durante centenares de años le ha servido de apoyo para su seguridad personal y de ayuda para el logro de la subsistencia. Queda claro que con el arco y la flecha desaparece también la labor industriosa del Curare sostenida por quienes dentro de la tribu saben dónde encontrar el bejuco de Mavacure y como obtener el veneno de la corteza y el sámago y luego combinarlo con el ciracaguero para que dé los resultados que se buscan. La vigencia del curare estaría en la medicina que ha venido empleándolo con éxito en la anestesia general y para tratar los espasmos musculares en los enfermos de tétano, pero en la actualidad están apareciendo otras sustancias más efectivas y menos costosas que en definitiva terminarán por dejar en paz al Mavacure del sur orinoqueño.(AF)