miércoles, 19 de junio de 2024

EL BAOBAB DE CIUDAD BOLÍVAR

EL BAOBAB El Baobab, oriundo de las mesetas del África donde también abunda la ornamental Acacia, fue cultivado en Ciudad Bolívar en 1909 para ablandar los efectos perniciosos de la malaria, gracias al doctor Félix R. Páez y a su amigo el extinto comerciante Carlos Palazzi von Büren. Las simientes expresamente encargadas a una Casa de París, Carlos Palazzi von Büren las sembró en los cuencos de un bambú. Germinaron tres, asombrosamente bien, y luego que las plantas progresaron lo suficiente fueron trasplantadas: una en el Paseo San Antonio; otra en el sector de Santa Lucía y la tercera en zona de la Cruz Verde. Ya no existen. De manera que el árbol que amenazaba acabar con el planeta de El Principito se halla en Ciudad Bolívar, la única parte de Venezuela. No obstante el primer contacto de muchos venezolanos con este árbol milenario ocurrió seguramente leyendo a “El Principito” del escritor francés Antonie de Saint Exupery. Lo presenta como una semilla terrible dispuesta a despertar cada mañana con la luz del día para reventar con sus raíces gigantes el planeta del pequeño Príncipe. El Principito lucía contento con su corderito, pues éste podía comer arbustos y, por lo tanto, acabar con los baobabs cuando fueran del tamaño del rosal. Por supuesto que en el caso del Principito, por una cuestión de preservación del pequeño planeta, se justificaba su eliminación, pero no para los habitantes de África, continente donde abunda profusamente este árbol milenario. Para los africanos el Boabab es una bendición, pues los indígenas utilizan su corteza y las hojas como emolientes, así como la pulpa del fruto llamado “Pan de mono” para la curación de la disentería y las fiebres palúdicas. Lo poco atractivo del árbol longevo quizá sea el que algunas tribus negras de la costa Occidental del África, cuelguen en el interior ahuecado de sus troncos a los muertos que llevaron una vida deshonrosa. Por ser un árbol de tan lejos y autóctono del África, muy poco se conoce en Venezuela y América. Sin embargo, en Ciudad Bolívar, existe uno en la avenida Táchira, clonado por estaca de otro mayor que existió y duró poco en otro sitio de la Ciudad. El árbol prosperó como en su patio africano, pero medio siglo después fue sacado de raíz por un vendaval. Una estaca del tronco fue replantada en la avenida Táchira, donde es apreciado por muy pocos de los que saben de su existencia. Otros, clonados de una rama de éste, existen en el Jardín Botánico del Orinoco.

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