lunes, 3 de junio de 2024

GRATEROL QUEDÓ CIEGO DE TANTO BUSCAR SIN PODER ENCONTRAR LOS LOS LINGOTES DE ORO BAJO EL SUELO ANGOSTUREÑO

Antonio Graterol era un constructor que conocía los puntos de Guayana, donde los colonizadores dejaron sus tesoros, pero tuvo tan mala suerte que jamás dio con uno de ellos. Después que quedó ciego tras caerse del techo de la Casa de la Cultura donde reparaba una gotera. De todas maneras, continuó alimentando ilusiones. Sabía de los lingotes de oro guardados bajo siete puertas en subterráneas galerías de El Cuño de Curiapo. Ramón Alcocer, dueño del hato San José, decía que podía dar fe de lo que decía. En la isla El Degredo del Orinoco igualmente hay cinco cajas de morocotas enterradas por el general José Ramón La Rosa y en Real Corona al Sur de Moitaco y a 70 kilómetros de El Trueno es o era más grandiosa la fortuna. Graterol que cultiva el espiritismo e invocaba el alma de los difuntos, decía haber tenido del más allá la información relativa a esos tesoros y si nunca pudo encontrarlos era porque siempre que fue en procura de ellos, tuvo algún inconveniente grave.

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