lunes, 3 de junio de 2024

PECHECHE

Hoy, cuando se ha desatado la fiebre de caminar, trotar, correr, más por motivos de salud que por gusto, siguiendo posiblemente la consigna de Penzini Fleury "correr es vivir”, la gente de aquí ' recuerda como Pecheche devoraba la distancia, ida y vuelta sin cesar, que separa esta ciudad de Upata. Carretera polvorienta durante la canícula del verano y fangosa durante la estación lluviosa, Pecheche la cubría a paso raudo sin demora, con un abultado guayare de minero terciado a la espalda, divirtiéndose con los cocuyos y guaitacaminos por la noche y con los pájaros y animales del monte durante el día. Pecheche apenas descansaba de su interminable jomada y cuando lo hacía era bajo la sombra de alguna ceiba del camino. Luego reanudaba su paso apresurado como quien iba en pos de algo que siempre estaba indefinidamente fuera de su alcance. Un día nadie supo más de él, pero su nombre quedó grabado en la memoria popular.

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