lunes, 4 de enero de 2021

Represar al río padre

En Ciudad Bolívar el biólogo Daniel Novoa luchó como Quijote, pero sin Sancho aparente que lo secundara, contra la reticencia del Ministerio del Ambiente en cuanto a declarar sobre los aspectos negativos del proyecto de navegabilidad Apure – Orinoco en fase de planificación. El Marnr conjuntamente con Mindur y Petróleos de Venezuela llevaría a cabo la realización del proyecto de hacer navegables estos dos ríos y utilizarlos como fuentes de energía, a un costo de 40 mil millones de bolívares y mediante la construcción de tres represas que regularizarían su caudal eliminando, por supuesto, el ciclo de inundación estiaje. ¿Es buena esta obra? Se preguntaba el biólogo que día a día navegaba con su colega Freddy Ramos el Orinoco siguiendo la vida de la sapoara, del morocoto, del laulau del busco y de muchos miembros de la fauna orinoqueña. Por un lado la obra es buena, sí pero por otro tendría consecuencias fatales para el sistema ecológico como ocurre con proyectos similares en el Nilo, Níger, Zambesí, Nope y otros. La pesca desaparecería toda vez que la mayoría de los peces efectúan largas migraciones, río arriba, hacia áreas de desove y las represas en este caso las impedirían. Desaparecería así mismo la agricultura ribereña alimentada por el proceso natural de fertilización del ciclo anual inundación – estiaje y un potencial pesquero que desde La Urbana hasta el Delta se estima en 30 mil toneladas al año. Sobre esto, según Novoa, nada decía el ministro Febres Poveda y exigía lo hiciera, pero nunca lo hizo y el proyecto con los cambios de gobierno se fue hasta el día de hoy, afortunadamente, quedando en veremos(AF).

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